Entre los días 1 y 3 de junio de 2017, se celebraron en Málaga las Jornadas de traducción científico-médica organizadas por Asetrad, Tremédica y ACEtt, que supusieron una oportunidad perfecta para mezclar a profesionales de muy diversa índole a quienes unían unos mismos intereses: las ciencias y la traducción.
Las jornadas se inauguraron con la charla de Fernando Navarro, médico, traductor y autor del recurso terminológico más importante existente para toda persona que se dedique a la traducción médica, y no solo: el Diccionario de dudas y dificultades de traducción del inglés médico. En su charla, Navarro se centró en explicar lo importante que resulta la divulgación y, en concreto, la buena divulgación, para la difusión de conocimientos en cualquier ámbito profesional, más allá de las distintas ciencias en sí.
A Navarro le siguió Francisco Villatoro, profesor universitario e investigador, y responsable de un blog centrado en la divulgación científica. Gracias a esta ponencia surgieron temas muy interesantes para el mundo de la traducción, como la creación o no de neologismos y la diversidad lingüística en el amplísimo ámbito geográfico del español.
El segundo día de las jornadas comenzó con la intervención de Ana Puga, traductora en las Naciones Unidas, quien nos habló sobre cómo el ámbito científico se mezcla con el diplomático en el contexto de dicha organización, y sobre cómo casi cualquier texto ligado a la actividad de la ONU puede contener terminología y otros aspectos que requerirán destrezas en traducción científica.
Seguidamente, Emma Goldsmith, enfermera y traductora, especializada en el ámbito de los ensayos clínicos y la investigación, centró su ponencia en las plantillas de la Agencia Europea de Medicamentos, y mostró con ello cómo también en los textos puramente científicos hay que ceñirse a veces a espacios, formatos y otros condicionantes, más allá de lo terminológico y lingüístico, que delimitan las traducciones.
Después de estas dos intervenciones, llegó el momento de la parte más literaria de las jornadas, con las ponencias de Marta Sánchez-Nieves y Carmen Montes, traductoras del ámbito editorial que nos hablaron de sus trabajos con Nikolái Vavílov y Harry Martinson, respectivamente. En ambas charlas quedó patente cuánto del mundo científico (y no solo del médico) puede llegar a aparecer en un texto literario, a través de la botánica o la ciencia ficción, por ejemplo, y lo necesario que les resulta a quienes se dedican a la traducción editorial conocer y manejar los recursos y las herramientas de otros ámbitos científicos.
En su turno, Gonzalo Claros, profesor universitario y traductor científico, evidenció con sus explicaciones y ejemplos de compuestos químicos la relevancia de tener un mínimo conocimiento de ciertos campos científicos para abordar según qué traducciones, así como la necesidad de mantener una constante rigurosidad y de adoptar la lógica científica a la hora de traducir.
En la sección vespertina, llegó la ponencia de Jesús Clemente, traductor especializado en biociencias y tecnología de la información, quien transmitió lo cercano que puede llegar a ser un idioma como el japonés incluso sin haber tenido ningún contacto directo con esa lengua, además de apuntar a la importancia de conocer los avances en ciertos campos de la ciencia para dedicarse a esos ámbitos de la traducción.
Para concluir con la segunda jornada, el biólogo y profesor Ramón Muñoz Chápuli explicó con toda claridad y detalle cómo ha evolucionado la teoría de la evolución, valga la redundancia, para terminar abriendo un debate muy interesante (aunque con poco tiempo ya, por desgracia) sobre las traducciones de ciertos términos básicos en este campo de la ciencia y las dificultades que los propios científicos se encuentran a la hora de ir integrando en su lengua conocimientos que llegan desde otros idiomas.
El tercer y último día de ponencias comenzó con la intervención de Maya Busqué, intérprete de conferencias y traductora, que despertó entre toda la audiencia el interés por la interpretación y las estrellas. A través de la narración de su experiencia profesional, Busqué explicó, entre otras cosas, la importancia de saber cribar la información relevante para lograr hacer interpretaciones en los ámbitos de conocimiento más insospechados.
A continuación, Karen Shashok, traductora y asesora editorial, enfocada en el trabajo con artículos de investigación en el ámbito científico, habló sobre las distintas dificultades a la hora de traducir y revisar este tipo de textos, una actividad en la que hay que tener en cuenta diversos factores ajenos a la propia traducción, como son los criterios de las revistas científicas o de los propios autores, aparte de las complicaciones que pueda entrañar cada ámbito científico en concreto.
El colofón a las jornadas lo puso la mesa redonda sobre traducción en tándem, formada por las traductoras Alicia Martorell, María Bonilla, Pilar Lucena y Ana Belén Martínez (con la moderación de la también traductora, e ilustradora, Sarah Quijano). Esta charla permitió iniciar un debate entre ponentes y asistentes sobre las diferentes posibilidades de traducción colectiva, las condiciones más prácticas de la profesión y otros aspectos relacionados con la situación laboral en la que trabajan traductores y correctores.
Por supuesto, entre charla y charla hubo tiempo para los contactos humanos, aunque esa es otra historia. Esperamos que haya más ocasiones en las que seguir ahondando en la vinculación entre campos de conocimiento tan distintos y tan cercanos a la vez. Hasta esas próximas veces.
Esther Cruz