Entre el 21 y el 24 de julio de 2014 se celebró en la Casa del Traductor de Tarazona el Taller de Traducción Literaria y Proceso Editorial de ACE Traductores. El taller iba dirigido a estudiantes de traducción y a profesionales que desearan profundizar en la traducción de libros. Como explicaba Olivia de Miguel, vicepresidenta de ACE Traductores, el objetivo era doble: «Por una parte, relanzar la Casa del traductor de Tarazona, que ha estado parada durante los últimos años; por otra, organizar una actividad que mostrara a los participantes el proceso editorial completo que sigue una obra desde su encargo a su publicación».
Efectivamente, este taller inaugura el relanzamiento de las actividades conjuntas entre la Casa del Traductor de Tarazona (que ha cambiado de sede) y ACE Traductores. Ambas organizaciones han quedado muy satisfechas del resultado y se han marcado el objetivo de organizar más actividades en el futuro. Como indicaba Ana Mata, vocal de la junta rectora de ACE Traductores, aunque los participantes han tenido que sufrir algún inconveniente por ser los primeros en trabajar en la nueva sede, también han tenido la suerte de inaugurar la Casa. ACE Traductores celebra la oportunidad de reanudar la colaboración y espera un amplio desarrollo de la misma en el futuro
Olivia de Miguel y Ana Mata (extremos), de la junta de ACE Traductores, con Ana Gavara, representante de la Casa del Traductor.
Quizá el rasgo más destacado de este taller es que proponía enfrentarse a la traducción no como un proceso aislado, sino como parte del proceso editorial. Así, los participantes traducían por las mañanas en los talleres impartidos por los traductores Manuel de los Reyes García y Gemma Rovira y, por las tardes, los textos pasaban al taller de edición, impartido por Ana Mata, en el que se trabajaron aspectos como la corrección de estilo, la maquetación y la corrección tipográfica, así como la página de créditos y la cubierta. Además, un maquetista profesional recibía cada tarde los textos terminados y los maquetaba y diseñaba en tiempo real. En palabras de Ana Mata: «Conocer la labor de los demás y desempeñarla, aunque sea en un contexto de clase, ayuda a tomar conciencia del valor de lo que hacen otros y permite que uno haga mejor su trabajo».
Pero no solo eso sino que, gracias a la colaboración de la revista Granta y de la editorial Galaxia Gutenberg, algunos de los textos traducidos se publicarán en dicha revista literaria dentro de unas semanas. El hecho de saber que había un proyecto de edición real de los textos hizo que los participantes pulieran al máximo su trabajo. Como apuntaba Ana Mata: «Saber que teníamos que dejar el material listo para poder publicarse ha añadido estrés en algunos momentos. Pero los participantes han podido vivir también la satisfacción que siente el traductor al ver su trabajo bien editado y su labor reconocida. Por eso, hemos corregido en clase sus textos maquetados, hemos montado las cubiertas y las páginas de créditos con sus nombres… Y el proceso no acaba ahí: igual que en un encargo real, ahora que han visto las pruebas tendrán que esperar a leer el relato publicado para ver el resultado final». Una versión de cada relato se publicará en el próximo número de Granta, y todas las versiones elaboradas por los alumnos estarán disponibles en el blog de ACE Traductores. Una de las participantes afirmaba: «Saber que las traducciones se iban a publicar dio motivación al taller y lo diferenció definitivamente de una clase que pudiera haber recibido en la facultad».
Valerie Miles (derecha), editora de la revista literaria Granta en España
En el taller también participaron la propia editora de Granta, Valerie Miles, y el responsable de la editorial De Re Coquinaria, José María Pisa. Ambos hablaron de sus proyectos editoriales y de su idea de la traducción, lo que acercó a los participantes a la visión de quienes, en última instancia, encargan las traducciones.
En cuanto al trabajo, estaba pensado para realizarse siempre en equipo o en grupos de dos o tres participantes, procurando mezclar perfiles para que el intercambio fuera lo más provechoso posible. El objetivo era demostrar que el traductor no está solo y puede aprender mucho de otros colegas. Como indicaba Manuel de los Reyes García: «Aunque no todo el mundo sea capaz de trabajar en equipo, lo cierto es que para el traductor editorial, como engranaje en una cadena de proceso mucho más larga que es, los aspectos positivos de este tipo de experiencias deberían resultarle tan prácticos como ilustrativos». El traductor también incidía en que talleres como estos fomentan el compañerismo dentro y fuera del aula, y en que los contactos y amistades que se establecen en ellos pueden perdurar durante muchos años. Además, durante los talleres, los traductores Gemma Rovira, Manuel de los Reyes García y Ana Mata compartieron con los participantes sus experiencias profesionales e insistieron en la importancia de las asociaciones en la defensa de los derechos de los traductores. A pesar de lo intensivo del taller, varios de los participantes indicaron que les habría gustado tener más tiempo para traducir.
Sin embargo, no todo fue trabajo en Tarazona. Los participantes también pudieron disfrutar de visitas culturales, como por ejemplo a la preciosa Catedral de Tarazona. En este sentido, el socio de ACE Traductores Enrique Alda se volcó con los talleres y enseñó a los participantes los encantos de la ciudad. Además hubo comidas y cenas en grupo, con lo que participantes, organizadores y talleristas tuvieron oportunidad de charlar en un ambiente distendido fuera del aula. Una participante comentaba: «Ha sido un placer y me ha aportado muchísimo, tanto a nivel profesional como personal, conocer a otros profesionales y estudiantes de la profesión». Y otra añadía: «Lo que más me ha gustado ha sido el ambiente entre los compañeros y los profesores, tanto en el aula como en la calle».
Los participantes y organizadores del Taller de traducción literaria y proceso editorial de ACE Traductores, en la catedral de Tarazona.
ACE Traductores quiere dar las gracias a la Casa del Traductor, especialmente a su presidenta, Ana Gavara, y a su secretaria, Ana Ledesma. También a los talleristas, Gemma Rovira y Manuel de los Reyes García, por su compromiso y profesionalidad. Y, desde luego, a los participantes, sin cuya presencia los talleres no tendrían sentido y gracias a cuyas críticas constructivas podremos mejorar para próximas ediciones.
¡Hasta TTT 2015!